Este día 7 de diciembre le fue
entregado al caricaturista político e historietista Eduardo del Río “Rius” el
primer Reconocimiento de Caricatura Gabriel Vargas de parte del Museo del
Estanquillo “Colección Carlos Monsiváis” en la Ciudad de México, donde
estuvieron invitados personalidades del comic, caricatura, periodismo y letras
como Elena Poniatowska, Juan Villoro y José Hernández.
El monero Hernández (colaborador
en el diario La Jornada, y las revistas Proceso y El Chamuco) dijo que Rius
creó una crónica política con San Garabato, el pueblo ficticio del comic Los
Supermachos, y agregó “tenemos mucho que agradecerle a Rius, por eso no
solamente creo que lo mejor y lo más justo es estas dos palabras que se han
repetido a lo largo de esta charla: Gracias Rius”.
Bernardo Fernández “Bef” resaltó
tres detalles de Rius:
1.- Se le debe que los comics entraran a librerías y ahora sean vistos como objetos de responsabilidad cultural.
2.- Está pendiente valorar y apreciar con todo cuidado su aportación a la gráfica mexicana.
3.- “Haber estado siempre con el jodido” por llevar la historieta a la librería.
“Cualquiera puede hacer un buen cartón una vez, cualquiera puede hacer incluso un buen comic una vez, pero hacerlo de manera sostenida durante 60 años sólo lo ha hecho Rius, por eso hoy estamos aquí”. - “Bef”
Para la escritora y periodista
Elena Poniatowska es el más entrañable de los caricaturistas, su muy abundante
obra no sólo es la educación política, sino su educación sentimental. “Qué
bueno que nosotros aquí presentes podamos aplaudirlo con todo el cariño y
admiración que han crecido a lo largo de los años y pretenden arroparlo ahora
que todos necesitamos un motivo para sonreír”.
El escritor y periodista Juan
Villoro aseguró que “Rius es el gran caricaturista narrativo. Las cuatro letras
que conforman su nombre son los cuatro puntos cardinales del humor en México.
Eduardo del Río alertó las conciencias y nos hizo pensar de otra manera”. Opinó
que durante su trayectoria siempre se ha mezclado el humor con la inteligencia,
“es un caricaturista extremadamente culto”.
Habla el maestro
Por su parte Rius comentó que quería
evitar este evento: “yo soy alérgico a los homenajes, creo que son cuando se
muere uno pero aquí se están adelantado un poquito”, y agradeció a sus amigos,
colegas, e igual a los que lo han calumniado. Añadió que este homenaje lo
aceptó únicamente porque lleva el nombre de Gabriel Vargas que fue su maestro
involuntario y un buen amigo.
Sobre el reconocimiento comunicó:
“ojalá que siga adelante, los escritores y los literatos tienen un chingo de
premios, de los caricaturistas este es el primero (ríe), lo logramos”, y añadió
“espero que el próximo Premio Nobel sea para un caricaturista”. Aclaró que en
su familia hay un Premio Nobel, y es Alfonso García Robles (Premio Nobel de la
Paz 1982) que era primo hermano de su mamá.
Sus famosos familiares
Señaló también cómicamente (pero
es verdad) que Marcelino García Barragán fue primo hermano de su madre y cuando
fue Secretario de la Defensa se encargó junto al Secretario de Gobernación Luis
Echeverría de secuestrarlo para fusilarlo el 29 de enero de 1969; se salvó
porque otro pariente suyo intervino: el expresidente Lázaro Cárdenas habló con
el presidente Gustavo Díaz-Ordaz.
Recordó que a los 8 o 9 años
conoció con su hermano mediano Gustavo la historieta “Los Superlocos” de
Gabriel Vargas, la empezaron a coleccionar pero fue el momento en que ambos
ingresaron al seminario de los salesianos y perdió contacto con el comic. Pero
siete años después lo expulsa el Padre-Director por descreído, y le dijo que
alguien como él no podía transmitir fe a otros.
Al salir se puso a leer la biblia
porque era vetada en el seminario y quiso recuperar su colección de Los
Superlocos; no pudo porque su hermano mayor se la quemó. Después supo que
Vargas sacaba su nueva obra “La Familia Burrón” y comenzó a leerla con Gustavo,
hasta que se volvieron alumnos de él sin que se diera cuenta, esto lo influyó
mucho en su carrera de historietista.
Una triste e impactante noticia
Casi al final avisó: “En este
momento estoy ejerciendo una profesión de la que no estaba yo acostumbrado,
hace cerca de dos meses me dijeron que yo pasaba a la naturalidad de enfermo
terminal, ¿qué es eso de enfermo terminal? pues alguien que se va a morir, si
todos somos enfermos terminales (ríe), no pero estoy enfermo terminal porque se
alojó indebidamente en mi bello organismo un pequeño cáncer, dos pequeños
cáncer, están chiquitos”.
Y siguió tranquila y amenamente
como siempre ha sido: “Estoy pasando por esa etapa de mi vida que casi a todos
nos ha pasado, así que no me sorprende demasiado. Entonces perdonarán que de
momento se me doblen las piernas, ahorita mi cuerpo médico se está haciendo
cargo de mí, me están garantizando que voy a morir en perfecto estado de salud”.
(ríe y risas del público)
Terminó contando que buscó por
mucho tiempo un recinto para crear un museo de la caricatura, recorrió varias
partes de México hasta que encontró un local en Pátzcuaro y después otro en
Guadalajara pero a Monsiváis no le gustaban, hasta que obtuvieron el edificio
actual. Con eso Rius empezó a donar su obra y por eso aseguró: “entonces por
ese pequeño detalle tengo este inmerecido premio y que lleva el nombre de
Varguitas”.
Respeto y admiración
Con esta noticia inesperada se
sabe que en algún momento partirá Eduardo del Río para siempre, pero Rius y su
obra son y serán siempre un legado para los mexicanos. Él nunca dudó en
criticar lo “incriticable”: Dios, la Iglesia Católica, la Virgen María
Guadalupe, el PRI, el Ejército, la televisión, los E.U.A, el socialismo, entre diversos
temas e instituciones, pero con un finalidad: educar al lector.
Su incansable lucha por la
libertad de expresión hizo que lo despidieran en muchos trabajos, fue despojado
de Los Supermachos, se volvió incómodo con el gobierno y por eso trató de
matarlo, pero ni eso pudo evitar que siguiera expresándose con sus cartones,
comics, revistas y libros, y que gracias a su capacidad de enseñar Carlos
Monsiváis colocó a Rius junto a la SEP y Televisa como las tres principales instituciones
educativas del país.
Sus dibujos nada bonitos muestran
a una lectura “para principiantes” e invitan al lector a seguir más a un tema y
reflexionar, ejemplo su libro “La panza es primero” donde juzga la pésima alimentación
mexicana e incita a nutrirse con frutas, verduras y plantas. Este clásico activó
la industria naturista en México. Autor conocido por rebelde, ateo, irreverente,
divertido y didáctico pero muy acertado en sus investigaciones. No por nada el
Che Guevara y el Subcomandante Marcos lo leían.
Por su trabajo ha recibido
distintos premios, reconocimientos y homenajes como el Premio Nacional de
Periodismo, la Medalla Generalísimo José María Morelos, el Global 500, premiado
por el rey Carlos XVI Gustavo de Suecia, La Catrina en la FIL de GDL., en E.U.A
la Conciencia del Pueblo Award entre otros, pero la mejor veneración la ha
dicho él: “No acepto más homenajes que los mejores, que la gente te lea”.
Y que mejor forma de honrarlo que
comprar, leer, discutir, analizar, criticar, y propagar sus publicaciones. Se
necesitan muchas páginas para seguir hablando de Rius, un caricaturista
político, pero lo distinguible es que ha tenido influencia en sus lectores (sus
personajes han generado tesis, investigaciones, radionovelas, obras de teatro,
caricaturas animadas y una película), que les han cambiado la manera de pensar,
incluyendo al autor de este texto que le cambió la vida al leerlo. ¡Viva Rius! ✊
“No acepto más homenajes que los mejores: que la gente te lea”Eduardo del Río “Rius”.
Eduardo del Río “Rius” nace en
Zamora, Michoacán el 20 de junio de 1934 pero desde pequeño se lo llevan a la
Ciudad de México. Colabora en 1955 en la revista “Ja-Ja”. En 1956 fue monero en
el diario Ovaciones y luego estuvo en otros. En 1965 crea Los Supermachos, en
1968 el comic Los Agachados y la revista La Garrapata. 1966 sale su primer
libro Cuba para principiantes. En 1994 funda la revista El Chahuistle, y en
1996 El Chamuco. El seudónimo de "Rius" se le ocurrió al latinizar su
apellido Del Río para que su familia no se enterara que se quería entrar al
medio del periodismo.
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